La decisión de remojar el portavasos del cepillo de dientes antes de limpiarlo depende principalmente del material del portavasos, la gravedad de las manchas y el método de limpieza utilizado.
En términos generales, para la mayoría portavasos para cepillos de dientes Hechos de materiales como plástico, acero inoxidable o cerámica, si solo hay ligeras manchas de polvo o agua en la superficie, se pueden limpiar o enjuagar directamente con agentes de limpieza o desinfectantes sin remojo previo. Sin embargo, si se acumulan manchas rebeldes, residuos de pasta de dientes o crecimiento bacteriano en el portavasos, remojarlo de antemano puede ser más efectivo.
El objetivo principal del remojo es suavizar las manchas, haciéndolas más fáciles de eliminar con agentes de limpieza y fricción física. Los portavasos de plástico se pueden remojar en agua tibia o en una solución con una pequeña cantidad de vinagre blanco, que tiene propiedades antibacterianas y quitamanchas. Para portavasos de acero inoxidable o cerámica, se puede utilizar una solución de limpieza suave para remojar.
Cabe destacar que el tiempo de remojo no debe ser demasiado largo para evitar dañar el material del portavasos o que las manchas sean más rebeldes. Al mismo tiempo, después del remojo, se debe enjuagar bien con agua limpia y secar con un paño o pañuelo limpio para evitar el crecimiento bacteriano causado por la humedad residual.